¡La guapa Silvia es una hermosa jovencita! ¡Con 21 años, esta morena muy cachonda tiene un cuerpo que hace soñar todos los estudiantes de la Universidad de letras! Esta tía incitante ha dado cita a Raul, su conquista del día, delante de la granja del rancho de sus padres. ¡Raul es un guapo bien dotado y musculoso... que sabrá satisfacer sus deseos más calientes! ¡Al estilo perrito contra la pared, Silvia está gimiendo y al final se correr como una poseída!
Después de haber salido de compras en la cuál ha regresado con las manos vacías, Elisa , la hermosa mulata elegantemente vestida, llama por teléfono a una de sus amigas. Una vez terminada la llamada, la guapa, se instala en su cama, y se deja andar en una fantasía erótica. Acariciándose su cuerpo fino,y acostándose en su cama, ofreciendo un espectáculo delicioso de sus formas dulcemente redondas. Elise se desnuda lentamente, desvelando poco a poco su lencería azul dejándose ver su piel color caramelo. No queriendo mostrar todo de una vez,la hermosa se envuelve en las sabanas mostrándonos sus pezones hinchados y masturbándose a través de sus bragas. En unos instantes, se quita el sostén lanzándose en movimientos lascivo mostrando toda su sensualidad desbordante.Ofreciendo sus hermosas nalgas a la cámara, ella termina su fantasía desvelando su ultimo pedazo de tejido que aún le esconde la anatomía y nos desvela lo que ya lo íbamos imaginando :un plástico encantador tomado por una piel color caramelo, lisa y sedosa.
Bajo una luz suave, una jovencita se deja ir a unas caricias íntimas. Su cuerpo estremecido según los movimientos, es delgado y tierno. Nuestra guapa desconocida, inconciente por nuestra presencia, se abandona al deseo intenso de satisfacer la necesidad primaria de mujer: el placer. Voluptuosamente, se acaricia el vientre, los senos , y pasando en hacer dibujos imaginarios en su lencería banca, con una sabiduría extrema. Al ver que no llega al pico más alto de su intimidad, la joven morena se quita la camisa y su última frontera de pudor. Luego se deja ir bajo nuestras miradas , plegándose, acariciando sus senos que puntan el cielo .Dejándonos admirar la perfección de su cuerpo ondulándose lascivamente a 4 patas.
Sola en una playa al final del mundo, una jovencita se entrega a uno de los placeres más antiguos del mundo. Se entrega a los juegos cachondos del agua sobre su piel, ofreciendo sus curvas dulces y juveniles a las caricias de las olas y del arena. Calentada por el sol, su piel ardiendo recibe la frescura estirándose, dándole un placer estremecedor todavía desconocido...
Llegada por amor hace años en la metrópoli, Anaïs todavía tiene aún consigo la nostalgia del sol y de las tardes locas en la playa, pasadas bailando por horas y horas . Pasea en los campos, la soñadora, y se siente llevada por la alegría antigua y se echa a bailar, lentamente quitando las barreras de la ropa entre su piel y el sol. Aunque el decorado sea muy diferente a lo que estaba acostumbrada, Anaïs ondula y menea sus curvas generosas hasta haber saciado su necesidad de libertad.
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