Un hombre vicioso descubra una mujerzuela en una caja de cartón que guardaba en su sótano. La bofetea para castigarla, ata sus senos con cinta de goma para reducir el flujo de sangre y la fustiga con un látigo. Luego, la humilla colgando pinzas de su coño...Finalmente, decide meterla de nuevo en la caja. ¡Una escena muy violenta!
La señora Jennings es una buena ama de casa pero esta mañana olvidó preparar el desayuno de su marido. En un santiamén, la señora se encuentra con las nalgas pegadas hasta llorar de dolor. Pero su castigo no acabó: es necesario pegar su coño con una cuchara de leña, un cepillo de pelo y un viejo cinturón de cuero para que por fin ella reconozca que se ha equivocado y regrese a la cocina a preparar el desayuno como una buena esposa.
Donde hay mucho amor hay mucho sufrimiento y esto las mujeres lo saben muy bien. Cuando entra la señora de la casa, la esclava sabe que sufrirá pero no se queja, al contrario le gusta. La esclava obedece todas las órdenes de su señora. La dueña es muy contenta. Coge un látigo y somete la pobre esclava a todo tipo de torturas, más o menos crueles. Todo en una escena que endurecerá seguramente tu pene. ¡No te lo pierdas!
Señora Jennings recibe una de sus amigas en su jardín para tomar una tasa con té. Después de tomar el sol y de algunas acaricias, la encontramos en bragas y excitada en la cama conyugal. La señora desea mostrar a su amiga que tratamientos tiene que soportar del parte de su marido y empieza pegar las nalgas de su amiga hasta enrojecerlas. Algunos dedos en el coño la hacen olvidar del dolor. Pero recibe otro castigo, esta vez con una fusta de cuero. ¡Cuanto más la pega, más se excita! Una escena que los aficionados de nalgas no deben perder.
La recién llegada acaba de conocer su señora. La pobre chica, así como se le ha ordenado, empieza lamer las botas de su señora, luego quita su corpiño y consigue sus manos atadas de una jaula. La señora apreté con sus tacones los senos de la chica no antes de pinchar sus pezones con crueldad. Una tercera mujer entra y se une a la señora. La rubia acaba apiñada en la jaula y las otras dos salen del cuarto.
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